Garmisch-Partenkirchen y Zugspitze

Garmisch-Partenkirchen y Zugspitze

31/12/2016 Desactivado Por Fausto Ramírez

La ciudad de Garmisch-Partenkirchen está situada en Alemania, en Baviera más precisamente. Es en la frontera austriaca donde viven 25.995 habitantes con una conexión de tren desde Múnich e Innsbruck. En 1935 los dos municipios se unen, Garmisch y Partenkirchen. Dos ríos refuerzan su unión, el Partnach y el Loisach.

Su actividad es principalmente turística, con los deportes de invierno y la montaña en verano. El lugar acogió los IV Juegos Olímpicos de Invierno en 1936. Su popularidad de la época también es debida al hecho de la proximidad con Austria, y que Zugspitze es la cima de Alemania.

Un poco de historia

Mirando la historia de la ciudad percibimos que los dos pueblos tenían una identidad cultural rigurosamente respetada por los habitantes locales. Desde los romanos, la ciudad de Partenkirchen es una carretera que une Austria con Venecia. En Garmisch, 800 años más tarde, una tribu teutónica se instaló en el oeste del valle.

El descubrimiento de América ralentiza la actividad de las ciudades en los itinerarios del Mediterráneo. La región estaba mal situada, y demasiado pantanosa para desarrolla cultivos a largo plazo. Además, los animales salvajes y los osos, ayudados por las epidemias de la peste, desertaron las ciudades y pueblos.

En 1935, el régimen nazi obliga a los dos pueblos a unirse para los Juegos Olímpicos. Hoy en día, tras aquel pasado histórico de enormes cambios y de estatus, distinguimos la identidad claramente marcada de ambos pueblos. Garmisch presenta una arquitectura moderna, combinada con su dinamismo, y Partenkirchen presenta una arquitectura barroca y gótica que aspira a conservar su pasado como una marca de fabricación de fuerte identidad.

La actividad turística

El turismo de invierno adquirió mucha importancia después de la guerra, porque la participación en los Juegos Olímpicos dejó cierta notoriedad nada despreciable en los pueblos. Los alemanes y los austriacos son grandes admiradores de los paisajes montañosos, de las cascadas, y de las grandes extensiones de nieve, antes de que los turistas a nivel internacional se interesaran por ellos.

La ciudad tiene un pasado orientado hacia la construcción de sus iglesias, sin olvidarse de que conviene visitar la antigua iglesia de San Martín, el santuario de San Antonio, y la iglesia neogótica de la Asunción, así como la iglesia de San Sebastián. Cada año se organizan procesiones con antorchas, ya que ha sido una forma de conservar con fuerza la identidad religiosa común.

Transportes y visitas en Garmisch-Partenkirchen

El aeropuerto de Munich y el de Innsbruck permiten llegar por avión a través de un puente aéreo. Después, el tren y el coche pueden trasladar a los visitantes hacia Austria e Italia. Para viajar a Austria se puede utilizar el tren de Zugspitze. Conviene sobre todo tomarse el tiempo para desplazarse en bicicleta durante el verano.

Este lugar tan particular de la montaña alemana ofrece paisajes suntuosos donde se puede practicar senderismo, a pie o en esquí, escalada sobre el monte Zugspitze, y por supuesto deportes de nieve. También se pueden visitar los lugares naturales como las gargantas de Partnahklamm, las ruinas del castillo de Werdenfels, la casa real de Schachen, el gran estadio olímpico nuevamente construido, y el instituto Richard Strauss, sin olvidarse del casino.

Se pueden realizar muchas salidas, puesto que además de restaurantes en la zona baja de las pistas, existe la opción de acudir a alguno de estos bares y restaurantes en el centro de la ciudad. La gastronomía es típicamente alemana, pero influenciada por la cultura austriaca e italiana. Los vinos son locales y muy buenos. Conviene beber con moderación, puesto que siempre hay que dejar sitio para poder saborear la cerveza.

Descubriendo Zugspitze

La cima de Alemania, Zugspitze, es la montaña más alta de Baviera y de Alemania con 2.962 metros de altura, y accesible por funicular o por teleférico. El tren sale de Garmisch-Partenkirchen cada 60 minutos, se detiene en el pueblo de Grainau, y en el lago Eibsee, y después sube por la montaña durante 12 km, con pendientes de vértigo.

Atraviesa la montaña a través de un túnel para salir en la meseta de Zugspitzplatt. Allí, es posible comer por un precio razonable, visto el emplazamiento tan excepcional. Desde la amplia terraza, se tiene una vista insuperable de las cimas del entorno y del glaciar. La vista de las cimas del entorno es absolutamente maravillosa.

Antes de tomar el teleférico para acceder a la cima, es posible pasear por el glaciar. Una pequeña capilla despunta por encima de este conjunto tan extraordinario. Después se sube en teleférico o a pie, pero sólo para los amantes del alpinismo, hasta llegar a la cima. Para acceder a la cima, se aconseja tener experiencia a nivel de escalada.

La cima de la montaña

Al llegar a la cima, es posible que algunos altavoces difundan mensajes pidiendo que se tome una «Platzkarte» para reservar la vuelta en teleférico, a una hora fija, para evitar largas esperas. Con ayuda de un panel, es posible escoger el horario en función de la disponibilidad de cada visitante.

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