Catedral de Friburgo
La catedral de Friburgo es una de las muestras más impresionantes de arquitectura gótica alemana. Esta joya de la construcción medieval se encuentra situada en Friburgo de Brisgovia, en Baden-Wüttemberg. La catedral es conocida bajo el nombre de Nuestra Señora de Freiburg, Münster Unserer Lieben Frau, en alemán. Su edificación fue iniciada en época muy temprana pero las obras se prolongaran a lo largo de varios siglos.
Los cimientos de la actual catedral gótica fueron colocados sobre los restos de una iglesia románica de época muy temprana cuyo promotor, Konrad I de Bohemia, impulsó su construcción en el año 1120. En la actualidad unicamente se conservan de esta época los brazos del crucero de planta octogonal. Las etapas constructivas góticas se iniciaron en torno al año 1200 y el proyecto original pretendía ampliar la primitiva planta románica hacia el este. Para la edificación de todo el conjunto se seleccionó un tipo de caliza roja local muy característica que otorgó a la catedral su peculiar color. Tal como se ha mencionado con anterioridad la edificación se alargó durante mucho tiempo. Esto era algo muy habitual en las construcciones de la época. Hay que tener en cuenta que la construcción de una catedral, así como de cualquier otro edificio importante, exigía un gran esfuerzo económico y humano. En muchas ocasiones el dinero comenzaba a escasear, sobre todo en momentos de crisis como guerras o hambrunas, y había que esperar hasta poder volver a costear los trabajos. De esta forma hasta el año 1354 no se acometió la construcción del presbiterio y debido, sobre todo, a la inestabilidad política que estaba sufriendo el territorio no fue posible finalizar esta zona del templo hasta el año 1513. Sin embargo, a pesar de que el edificio se finalizó de forma exitosa en el siglo XVI este no fue convertido en catedral hasta el año 1827.
Interior
La planta de la iglesia es bastante común, presenta una nave principal con deambulatorio cubierta con bóvedas reticuladas muy comunes en la arquitectura del gótico tardío alemán. Los deambulatorios o girolas son unos pasillos circulares que permitían la visita de los fieles a todo el edificio pasando por el ábside y permitiendo el acceso a todas las capillas. Esta disposición es la más común en las basílicas de peregrinación que eran muy frecuentemente visitadas por fieles y peregrinos que viajaban a visitar las reliquias santas albergadas en ella. Sin embargo sus naves secundarias presentan una estrechez poco típica de este tipo de basílicas, ya que esta tipología se caracteriza por la amplitud de los interiores, y que, parece ser, fueron determinadas por los restos románicos de la iglesia anterior. Destacan, asimismo, los pilares que dividen el interior del edificio en naves, sobre todo los de la nave central en la que se encuentran representados los doce apóstoles.
El interior se haya profusamente decorado con una gran programa iconográfico escultórico y destaca, en especial, el retablo elaborado por Hans Baldung Grien que decora el presbiterio y data del siglo XVI y constituye una verdadera obra maestra renacentista de talla entre las que deben mencionarse las de las escenas de la Coronación de la Virgen. También sobresale un altar de Hans Holbein el Joven del año 1521 y los sepulcros del siglo XIV que decoran su interior. Colocar estatuas funerarias en ábsides y capillas era un costumbre muy habitual en época medieval. Las familias más ricas competían entre ellas para hacer construir sus sepulcros en las zonas más sagradas de los templos religiosos con el fin de mostrar su poder y estatus social.
Portadas
En cuanto a la fachada oeste nos encontramos ante uno de los ejemplos escultóricos más singulares del gótico alemán. Las esculturas fueron talladas a finales del siglo XIII y como es habitual representan a personajes extraídos de la Biblia, entre los que destaca la figura del mismísimo Satanás acompañado de una figura femenina vestida unicamente con una piel de cabra. Por otra parte la portada norte muestra una escultura en la que se representa al Dios Creador descansando, al séptimo día, tras haber creado el universo.
Torre
El campanario, o torre, presenta también una disposición bastante peculiar ya que con una planta cuadrada va decreciendo su diámetro presentando, en altura, una distribución octogonal que le da un aspecto piramidal y alcanza una altura de unos 116 metros. Todo el paño murario de la torre se encuentra horadado por ventanas colocadas a diferentes alturas y la cubrición final se remata con una aguja, un recurso muy típico del gótico. En la actualidad se permite a todo aquel visitante que lo desee, y que no tenga miedo a las alturas, acceder al punto más alto de la torre a través de un módico pago, una experiencia que realmente merece la pena ya que desde ese punto se pueden atisbar las vistas más bellas de la ciudad.
Vidrieras
Otro de los grandes atractivos de esta construcción son sus impresionantes vidrieras. Durante época gótica las iglesias y basílicas eclesiásticas comenzaron a ganar en altura y las nuevas técnicas constructivas permitieron abrir grandes vanos para permitir el paso de la luz al interior. Estas innovaciones posibilitaron la elaboración de un nuevo lenguaje expresivo que utilizaba la luminosidad y la luz como recursos estéticos. Para cubrir estos vanos y aumentar el sentimiento de espiritualidad se comienzan a colocar hermosas vidrieras que se convierten en verdaderas obras de arte y sustituyen a las pinturas del interior tan típicas del románico y muy poco comunes en el gótico. La catedral de Nuestra señora de Friburgo representa una de las pocas construcciones góticas que aún mantiene vidrieras originales de la época de su construcción. Sin embargo la mayor parte de las vidrieras presentan modificaciones del siglo XIX. Estas hermosas obras de vidrio y plomo fueron patrocinadas por el gremio de artesanos y mineros de la ciudad, la Universidad y la dinastía de los Habsburgo a lo largo de los siglos XIII, XIV, XV y XVI. Las vidrieras más antiguas son las que se encuentran en la zona del crucero. Se trata de unas vidrieras con forma de tondo, o medallones, que datan de las primeras dos décadas del siglo XIII y muestran a algunos de los ancestros de Jesucristo.
La catedral hoy
En la actualidad el edificio se ha convertido en una de las mayores atracciones de la ciudad y con el fin de asegurar su conservación se ha creado una fundación encargada de su mantenimiento y cuidado y que recibe el nombre de Münsterbauverein Freiburg.
Si te interesa visitar este monumento religioso puedes hacerlo cualquier día de la semana. De lunes a sábado la catedral presenta un horario de apertura que va desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde. Los domingos y días festivos no abre hasta la una pero permanece abierta hasta las siete y media de la tarde. Algo que deberás tener en cuenta si deseas visitar la torre es que no debes acudir a última hora, ya que esta parte del conjunto catedralicio cierra antes que el resto. Otro dato a tener en cuenta es que durante los oficios religiosos no se permite el acceso turístico al interior. Por último debes recordar que visitar la catedral es un servicio gratuito pero si deseas subir a la torre tendrás que pagar una entrada. La buena noticia es que esa no es muy costosa: menos de tres euros para adultos y la mitad para niños.
Imagen de la Catedral de Friburgo: erge Pixabay
El sueño de cualquier novia casarse en esta Catedral, se parece al Templo Expiatorio en Guadalajara, son lugares aptos para la meditación y el recogimiento, para poder comunicarse con Dios sin palabras, para encontrarlo en el silencio y en la luz que entra por los vitrales
Estas joyas arquitectónicas, por lo general, encierran una inmensa cantidad de misterios.
Catedrales como la de Friburgo, son la tarjeta de presentación de las localidades y en ellas se alberga toda la historia que siempre se cuenta entre los patrimonios culturales de las regiones